Hoy no tendremos tartas, ni velas, ni alegría, pero yo trataré de rendirte un homenaje, y mi padre lo celebrará conmigo, porque sigue vivo en mi corazón. Simplemente con escribir unas palabras, y mantener su recuerdo vivo, puedo sentir que no está lejos, y que al menos, mientras yo viva el no habrá muerto.
Por eso papa, quiero agradecerte esos 70 años de sacrificio por todos nosotros, tiempo en el que nos han enseñado a ser más personas, en el que nos has regalado cantidad de virtudes y valores, que son hoy en día nuestra mejor herencia.
FELICIDADES PAPA
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